Llegamos a filmar a nuestro querido amigo José, y cumplíamos su sueño y el nuestro. Bailar tango sobre el emblemático Puente Carretero (declarado Monumento Histórico Nacional). Él decidió bailar con una de sus alumnas que es una gran bailarina y persona, Jesmin. Además celebramos una hermosa noche con milongueros y milongueras de Santiago, compartiendonos mutuamente en un encuentro sin duda muy emotivo.

Arribamos a la provincia más norteña para mostrar que en lugares tan alejados a la capital del país y con tradiciones folclóricas muy fuertes, el tango también se baila. Nos maravillamos en el imponente salar donde registramos danza de dos grandes artistas locales: Carla e Irina, quienes en pandemia, en un lugar con una comunidad milonguera muy pequeña, se animaron a dar clases juntas y proponer cambios de roles. Consideramos necesario mostrar que el tango, desde el baile, es un diálogo que se establece entre dos y su entorno, más allá del género. El equipo se embebió de la energía de Purmamarca y, como siempre, la magia y el cariño nos acompañaron; una milonguera cocinó empanadas para recibirnos en nuestra llegada y nos abrió las puertas de su casa. La mamá de la bailarina anfitriona se encargó de que comiéramos Humitas (plato típico). Allí, además de estar al frente del rodaje, los directores Nico y Vive ofrecieron una clase para la comunidad tanguera que se acercó a tomarla y a compartir luego la milonga que se armó en conjunto con “De Canuto Milonga” y Carla generosamente aportó el valor de las entradas a la causa de Osvaldo.

Aquí, nuestro artista elegido es un milonguero de puro corazón, que como tantos ha pasado por los distintos roles: dar clases, musicalizar, organizar milongas… pero sobre todo tiene muchas horas de pista milonguera; él convidó la propuesta a Naty y con ellos nos fuimos hasta este pequeño paraje de San Antonio de los Cobres que se encuentra a 3.776 mt de altura. ¡Imagínense el desafío de subir con la motorhome hasta allí! hubo que hacer varias paradas para enfriar el motor, arreglar el embrague, y ni que hablar de la famosa “apunada” (efecto de la altura en el cuerpo). Ni el té de coca bastaba, más de la mitad del equipo tuvo que hacer sus visitas diarias al hospital para recibir un extra de oxígeno. Pero ese esfuerzo tuvo su recompensa, nos dimos el gusto de subir (y para muchos por primera vez) al emblemático “Tren a las Nubes”, a 4.200 mt de altura, y allí registrar más magia, bailar a Pugliese bien cerca del cielo.

Llegar a filmar en “Casa Mágica”, fue el broche de oro del tramo más largo de rodaje. Allí seguíamos recibiendo el cariño y las atenciones de los anfitriones Caro y Charly. Además se presentaba el desafío de que por primera vez uno de los directores pasara al otro lado de la cámara. Esta vez le tocó a Viveka que bailaría con Martín el artista tucumano. Una vez más fue una elección de artista desde el corazón y también como reconocimiento a su compromiso y pasión en el tango. Allí registramos danza, hicimos varias entrevistas, dimos una clase de tango para la comunidad del lugar, pero también descansamos, milongueamos, y hasta cerramos con un pic nic al lado del río. Terminamos el viaje sumándonos a la noche milonguera de San Miguel de Tucumán, junto a la milonga “Tango+Brownie” donde ofrecimos la última clase de esa gira. Martín nos cedió el total del ingreso de las entradas para aliviar los costos de nuestra gira. Como siempre mucho trabajo pero también disfrute, compartir y conectar. Y como anécdota de los guiños de Osvaldo, esa noche todas las ruedas de los autos de la cuadra amanecieron pinchadas, sin embargo la Motorhome estaba en óptimas condiciones para regresar a casa.