En julio de 2021, en plena cuarentena, comenzamos el rodaje en Motorhome desde la raíz y con amigos. Uno de los escenarios fue El Shincal, ciudad precolombina incaica, ubicada en la pequeña localidad de Londres, del departamento de Belén . Partimos lanzándonos a esta aventura con un equipo mínimo, pero esencial. Queríamos probar y ver si era posible avanzar con nuestro sueño. Desde ese primer momento el hacer fue necesariamente colectivo, cada integrante, incluidos los bailarines retratados (Inés y Juan), aportó lo que tenía a disposición. Así comenzó la magia de trabajar de manera colectiva invocando a Pugliese, haciendo vibrar con su música los corazones, los cuerpos, los valles, las montañas, los compartires del rodaje, los viajes, los contratiempos y los logros.

Supimos que esto recién comenzaba, y no se detendría.

El equipo se armó de a poco, Juanchi responsable técnico de las imágenes y maestro en “todología”, Rama nuestro conductor y productor asociado que aprendió a usar el rebote y tanto más y los directores Nico y Viveka que también hicieron los miles de roles que hacían falta, desde cocinar, peinar, masajear los pies de la bailarina que ni más ni menos estaba transitando su octavo mes de embarazo, recién llegada a ese pequeño paraje, en pleno monte y con el invierno a cuestas. La escena era bailando descalzos sobre una roca al lado del Río. Un desafío y una maravillosa aventura. También estuvieron presentes la pequeña Emilia con la frescura de su infancia y Martín con su cariño asistiendo en lo que hiciera falta.